Ante una cirugía, enfermedad o la posibilidad de quedar incapacitado temporal o permanentemente, es necesario que alguien tenga la potestad de tomar decisiones médicas por el enfermo, rol que cae sobre su esposo en caso de ser casado o, padres, hijos o hermanos en caso de soltería o viudez.
Si se quiere que sea una persona específica quien tome decisiones médicas por nosotros y, no la que tendría esa potestad por ley, se realiza un poder médico en que en pleno uso de facultades mentales se le otorga esa autorización.